
El sillón Butterfly o BFK es uno de los iconos del mobiliario de
asiento del S. XX. Una pieza sencilla y a la vez muy atractiva, que encaja
prácticamente en cualquier espacio.
Este sillón
fue creado en 1938, en Buenos Aires, de la mano del grupo Austral, formado por tres
arquitectos, a quienes debe su nombre “BFK" que son las siglas de los
apellidos de los tres arquitectos que la diseñaron (el catalán Antonio Bonet y
los argentinos Juan Kurchan y Jorge Ferrari-Hardoy) aunque también es
popularmente conocida como "Mariposa" o “Butterfly” por su morfología
que recuerda al poderoso y bello insecto.
El sillón Butterfly se inspiró en un asiento de origen italiano del siglo XIX,
llamado “La Tripolina”, una silla
plegable de madera y cuero, creada por Joseph
Beberly Fenby. De hecho, se llegó a acusar al grupo Austral de
plagio, algo que los tres arquitectos siempre negaron. La realidad es que, casualidad o no, las similitudes son más que evidentes.
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La Tripolina vs. BFK |
Fue
presentada en 1940, en el 3er Salón de Artistas
Decoradores, en Buenos Aires, donde se la galardonó con el primer premio. Desde
el año 1944 está expuesta en el Museo de Arte Moderno de Nueva York,
como parte de la colección permanente.
Su estructura
la forman barras curvadas de acero y lleva una funda suspendida, en la versión
original la funda es de lona o de piel, sin embargo, hoy en día y dado que no
existe una marca que distribuya la original, sino que todo lo que encontramos a
día de hoy en el mercado son interpretaciones o reediciones, se puede encontrar
infinidad de tejidos y colores. Las medidas originales son: 71,5 cm
(Ancho) x 75 cm (Fondo) x 93 cm (Alto) y el asiento se eleva a 31,5 cm del
suelo.
La sencillez en su diseño y el limitado uso de materiales, uno para la estructura y otro para el asiento, hacen de este asiento una pieza atemporal, capaz de dotar de carácter y personalidad a estancias de diversos estilos.
Más imágenes en nuestra carpeta Butterfly Chair de Pinterest
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