El estilo escandinavo ha traspasado fronteras en esta última década, durante los últimos años, ha ido impregnando hogares más allá del norte de Europa, y es que su aire desenfado, luminoso y natural le va bien a cualquier hogar ya sea una casita en Nashville Este, un piso en Lavapiés (Madrid) o un apartamento en el centro de Göteborg.
El Estilo Escandinavo tiene historia y esta se origina, obviamente en el territorio de Escandinavia, concretamente en Suecia. La popularización de este estilo se le atribuye al pintor sueco Carl Larsson y a su esposa Karin Bergöö, ambos artistas y considerados diseñadores de interiores de su época (finales del s. XIX -principios del s. XX). Ambos fueron unos adelantados a su tiempo, su propia casa era absolutamente diferente a la decoración victoriana y de estilo recargado que definía a las de época. El hogar de Larsson se caracterizaba por contar con paredes y mobiliario de colores cálidos, dando lugar a unos interiores muy luminosos y con detalles muy sencillos, como por ejemplo una vajilla de líneas muy rectas, poco complejas y sin ostentosos estampados.
El estilo escandinavo se gestó estando totalmente influenciado por el clima y la situación geográfica de Escandinavia: los fríos, oscuros y largos inviernos hacen que los escandinavos valoren de forma abismal la presencia de la luz natural y que a la hora de crear estancias se inspiren en sus veranos y también en la privilegiada naturaleza por la que están rodeados: lagos, bosques, playas.
El estilo escandinavo se gestó estando totalmente influenciado por el clima y la situación geográfica de Escandinavia: los fríos, oscuros y largos inviernos hacen que los escandinavos valoren de forma abismal la presencia de la luz natural y que a la hora de crear estancias se inspiren en sus veranos y también en la privilegiada naturaleza por la que están rodeados: lagos, bosques, playas.
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Pintura de un interior de Carl Larsson |
Con el propósito de crear ambientes claros y espaciosos, donde se explota al máximo la luz y se busca provocar una sensación de amplitud, las características de este popular estilo son:
- Tanto para pintar las paredes como para escoger los colores de los muebles se emplean colores neutros, crudos y pálidos: diferentes tonos de maderas, blancos, beige, tierra, etc.
- Tras el blanco y sus derivados, el color azul es también muy utilizado frecuentemente porque remite al sentimiento de un día de verano: fresco y despejado.
- Para la decoración se emplean detalles decorativos en materiales naturales: madera (abedul, pino, haya, etc.) flores, guijarros.
- Sencillez sí, pero no austeridad: dan el toque de color sutilmente en los textiles, detalles decorativos, cuadros, estampados de rallas, cuadros e ilustraciones que hacen referencia a la naturaleza.
- Los textiles suelen ser de materiales naturales como algodón y lino.
- Los suelos suelen ser sobre todo de madera, parquet o un laminado imitando maderas, o bien baldosas antiguas.
- Algo que también es muy característico de la decoración nórdica es que se busca la funcionalidad y sobre todo racionalizar el espacio, aprovecharlo al máximo sin que quede un ambiente recargado.
- Es muy común y dota al espacio de carácter mezclar piezas de diseño moderno con otras de anticuario.
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